Para evitar el impago del alquiler, es fundamental establecer un contrato de arrendamiento claro y detallado, con cláusulas específicas sobre el pago y las consecuencias por incumplimiento. Además, es recomendable realizar una selección rigurosa de inquilinos y mantener una buena comunicación para resolver posibles problemas antes de que escalen. Si el impago ya ha ocurrido, lo mejor es actuar rápidamente para iniciar el proceso de desahucio.